El brillo de su mirada me encandilaba y causaba en mi cuerpo miles de escalofríos, y una sonrisa inevitable se formaba en mis labios. Él me sonreía con una chispa de picardia, sin quitar sus ojos de los mio. Lentamente apoya su brazo en mi cintiru y me atrae hacia él. Quede en shock, no podia creer que ese momento perfecto y soñado estaba sucediendo. Yo le sonrei, esa fue la afirmación para la pregunta nunca hecha. Sus labios se posaron sobre los míos, y el tiempo dejo de cobrar sentido para mi.