Todo fue tan frágil y delicado como una burbuja, sabíamos que duraría poco y por eso aceleramos los tiempos de ambos pero no por eso fue algo menos especial y hermoso. Nos amamos como pocos, nos deseábamos con desesperación, era la combinación de los factores que hacen la relación más apasionante que pueda haber. Él lo único que deseaba era ser el dueño de sus labios, y ella solo quería ser suya para siempre. Se entregaron al amor que quedaría grabado en su memoria como el mas puro y excitante que jamás conocerían. Ella alta y delicada, el fuerte y tosco. El amanecer pronto los sorprendió. Ella quedo dormida sobre su pecho con una sonrisa dibujada en su rostro. Él la abrazo fuertemente, le dio un beso en la cabeza. Se vistió y se fue a vivir lo inevitable. Nunca más se volverían a ver, nunca más se olvidaran.