Despertarte por el brillo del sol en tu cara, levantarte, abrir la ventana y que entre un suave aire frio por ella, que haga que la piel de tus brazos se ponga de gallina, respirar hondo y sentir que tu vida es simple y no hay ningún problema.

La rutina del no saber
Hoy es tu peor apuesta.
Sin saber cómo envejecer
Y un sentimiento que apesta.